Agarrate, Catalina!

Cuando alguien habla mucho de si mismo, es porque no sabe ni él mismo quien es. Eso es parte de la sabiduría popular.
Yo prefiero la misma explicación pero de otra forma.
No es que uno pueda contar cuando haya algo que contar, sino que a medida que uno cuenta se da existencia a aquello que se cuenta. No hay historia antes del relato, no hay nada, antes de que alguien lo diga.

Parezco ser una chica de su casa. Tengo bucles, pecas. Tengo una sonrisa cordial y un tono cálido a pesar de mi voz aguda. Tengo una postura erguida, derecha y un andar sigiloso. Todo ello básicamente es lo que me convierte en una chica que agrada a las personas mayores, "los adultos", los grandes, los padres de mis amigos.
Me gusta la música de los 80. Soy pop. A veces bailo sola en mi pieza y me pregunto si lo mío no será la danza moderna y la coreografía. Apenas se me va el aliento (pronto) también se desvanece el sueño de la show girl.
Soy moderna y excéntrica, escucho a Coldplay y a Chumbawanba. Soy retro y entendida, le hurto a mi papá sus cds de Led Zeppelin, Yes y Jethro Tull. Soy contestataria, lo voy a ver a León. Soy elitista, la cumbia villera me saca una mueca de desprecio.
Soy intelectual, no leo Nietzsche porque está de moda. Trato de ser intelectual, leo Heidegger, y recién a la cuarta relectura llego a entender algo.
Soy superficial y me da vergüenza, veo reality - shows porque me divierten y luego pretendo analizarlos desde una perspectiva semiótica.
Soy top, me compré dos remeritas que dejan un hombro descubierto. Soy de terror, le robé a mi hermanito dos moneditas de un peso. Soy culposa, indecisa, malhumorada, intolerante, exigente.
Me pregunto todo el tiempo: ¿seré la más inteligente de los tontos, o la más tonta de los inteligentes?, ¿acaso será posible vencer la matrix?; ¿conseguiré de una vez un trabajo?; ¿qué es relamente la contracultura?; ¿este verano me quedo estudiando o me gasto mis últimos ahorros en Cuba?.
No tengo novio, no tengo auto, no tengo título. Tengo la biblioteca repleta de apuntes, 5 finales pendientes, un tesis en el limbo. Tengo amigos. Me mata la humedad. Soy bonaerense.
Me tomo dos colectivos para ir a la facultad, me tomo un pava de mate en el desayuno y en la merienda. Me tomo un par de cervezas con mis amigos y se me calman las angustias, me tomo un par de tequilas y quedo frita. Me tomo algunos períodos de franco ostracismo cuando no me aguanto ni yo. Hace dos veranos, ya lo decidí, me tomé las últimas vacaciones con tooda la familia.

Finjo estar sentada, muy ocupada con mis quehaceres diarios, esperando que algo realmente suceda, que llegue el golpe de suerte. Que pase le tren. Aquel que, dicen, pasa solo una vez. Finjo sostener mi rutina politicamente correcta, finjo seguir los pasos naturales de la vida de cualquier ser humano occidental y latinoamericano. Solo finjo. Mientras tanto resuelvo internamente las complejas consecuencias de la violenta certeza de que nada sucederá en mi vida a menos que yo lo provoque