Agarrate, Catalina!

Namber Nain Namber Nain Namber Nain...

jueves, 25 de noviembre de 2004

 
Es mi estilo codearme con las divas O de cómo ni poniendo los codos me pude atajar de morfarme a Su.

Si! Confirmado! el rumor es completamente cierto: me morfé a Susana Giménez. No tiene sentido disfrazar la verdat con metáforas.
Entré a uno de esos negocios que levantan quiniela, pero oficialmente (no, no quería entrar en una galería de arte moderno y me confundí de puerta; fui especialmente a jugarme un numerito a la cabeza, porque estoy empeñada en salir de pobre, y La Solidaria no me está dando resultado).
Entré al negocio y, en vez de mirar para adelante, me distraje con ese poster que te dice que número corresponde con lo que soñaste. Yo no había soñado nada, me acordé de los sueños predictivos de Marina, de los sueños tortuosos de Cele, de que hace mucho que no sueño que vuelo, de que la última vez que tuve un sueño erótico, el protagonista masculino acababa, quiero decir, concluía su feliz actuación en el sueño con los brazos y piernas cercenados por un camión Scania (no pregunten, pero lo soñe así de clarito).
Esos carteles siempre me gustaron. Cuando era chica y acompañaba a mi nona a jugarse su numerito de todos los días me lo quedaba mirando, y buscaba el 15 y el dibujo de la niña nunca me parecía bonito, y me preguntaba quién catzo era San Cono, y le tenía miedo 47, el muerto, aunque al de al lado no tanto ¿qué tan malo podía ser un muerto que hablaba?.
En qué estaba.?. ah.. si.. shooooock.
Bueno, venía entrando a la quinielería, miré el poster con los números y le entré de lleno al cartel tamaño natural de SUSANA GIMENEZ que sostenía un cupón de MI BINGO (off topic: yo estaba convencida que se llamaba Susybingo). Me lo morfé escandalosamente y no sólo lo tumbé, que eso hubiera sido discreto, sino que le eché toda mi humanidad encima. Infligí mis muñecas, codos y rodillas, en ese orden, sobre la cara de Su, que por otro lado es el orden natural de apoyo de articulaciones para una persona que está en irremediable desbarrancamiento.
En fin.
En el trayecto al suelo observé cómo el quinielero apoyó la mano en la reja del mostrador y puso cara de estupefacción, cual Trinity en la cabina telefónica esperando salir de la Matrix y volver a su nave. Me hubiera burlado tanto de esa cara, si no fuera porque la del papelón era yo.
No, no termina ahí. Me incorporé subitamente y sin dejar de mirar a los ojos a la Susana de cartón le grité PERdÓÓÓN si, al cartel.
Acto seguido se produjo el siguiente dialogo entre el quinielero y yo:
Sr quinielero - : Piba, ¿estás bien?
Yo -: ¿Cuántas hay a la noche?
Sr Q -: Hoy hay 6. ¿Te lastimaste?
Yo -: ¡Que barbaridad!, ¡Así no hay bolsillo que aguante!.

Luego, presurosa, hice mutis.
Pero, ahora me doy cuenta, le tendría que haber puesto unos mangos al 56.

Comentarios:
Ahora mas que nunca, agarrate Catalina!
Muy coherente la charla entre Tarantino (Sr. Q) y vos...
 
che, no conocia este blog. Me alegro de haber caido (en el)
 
que plato!
 
¡Excelente!
Es la primera vez que caigo en este blog... llegué por link en el blog de Conde.
Buenísimo, así que me quedo. Con permiso.
 
Patox: si, Agarrate Catalina fue lo que grité en el descenso.. como los paracaidistas que gritan :Jerónimoooo!

Conde: Sea ud. bienvenido. Gracias por venir.

Erasmo: mis respetos

Mer: bienvenida ud. también. No deje de venir que no se suspende por lluvia
 
JA JA JA
muy bueno!
muy copante el blop eh! la 1º vez que vengo
seguramente no la última
besos!
 
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