Queridos amigos de Catalina:
Heme aquà en la difÃcil tarea de postear en este blog tan bueno, y para colmo después del desubicado del Conde, que viene acá y como si nada se manda semejante texto de semejante calidad, y ahora qué queda para mi pobre capacidad posteadora, eh?
Bueno, por motivos evidentes y onomásticos, creo que cabe contar aquà lo siguiente. Una de mis ocupaciones remuneradas suele (¿solÃa?) ser la de redactar artÃculos de diccionario. Se trata de explicar qué quiere decir una palabra, y además dar información sobre cómo suele usarse (por ejemplo, si se usa como adjetivo o sustantivo, si se usa en cualquier situación comunicativa o solo en una muy informal, si la usan todos o sólo los más viejos, si tiene connotaciones despectivas, etc, etc). La cuestión es que hace poco, trabajando para el Diccionario Académico de Americanismos (a ser publicado quién sabe cuándo), propuse el siguiente artÃculo:
Catalina. (De nombre propio)// agarrate ~ (que vamos a galopar). fr. prov.
Ar. Indica que alguien debe prepararse para una situación complicada que se avecina. pop/cult→espon.
Y si el diccionario fuera uno de esos que a mà me gustan, de esos que vienen con citas de autoridad, incluirÃa el siguiente fragmento:
"La mesa es grande y variada, pero vaya a saber por qué ahora se le ocurre pensar especialmente en los Cedrón, y pensar en los Cedrón significa una tal cantidad de cosas que no sabe por dónde empezar. La única ventaja para Lucas es que no conoce a todos los Cedrón sino solamente a tres, pero andá a saber si al final es una ventaja. Tiene entendido que los hermanos se cifran en la modesta suma de seis o nueve, en todo caso él conoce a tres y agarrate Catalina que vamos a galopar. "
- Cortázar, J.
Lucas, sus amigos. 1979.
Serán bienvenidas crÃticas, remiendos y modificaciones a la definición, que por suerte todavÃa no ha pasado por la imprenta.
(Esto lo dijo mer. Cati lo hubiera dicho todo con más gracia)