Llegué a la oficina hace una hora ya. Lo primero que hago al llegar es calentar el agua para el mate, y mientras se calienta prendo la compu, lleno el mate, y voy ordenando mentalmente las cosas que tengo que hacer en el dÃa. Luego lleno el termo y preparo el café para mis Susanos: jefes y compañeritos (en esta empresa soy la única mujer).
Empezaba diciendo que llegué hace una hora porque no es un dato menor. En ese interminable lapso de tiempo (hay lapsos de otra cosa?) mi simple rutina se vio ligeramente trastocada, y por ningún factor externo:
1) Pasé 10 minutos revolviendo la cartera frente a la puerta de la oficina para encontrar las llaves, y cuando finalmente las encontré y metà la correcta en al cerradura, la puerta se abrió ligeramente porque un compañerito habÃa llegado antes que yo.
2) Puse a calentar el agua y fui directo a preparar el mate. Como lo vi lleno, lo di vuelta sobre el cesto y cayó toda la yerba seca. Ahà recordé que ayer a la noche lo dejé limpio y preparado, asà hoy a la mañana me encontraba con la linda sopresa del mate listo.
3) Llené mi termo y puse el filtro y una nueva carga de agua para hacer el café. Mi jefecito recién llegado me saludó, como siempre muy amablemente, y yo le respondà con un “qué hacé?â€� absolutamente fuera de registro. Es un muchacho joven, pero es correctÃsimo y no da para que le hable asÃ. Por suerte me retrucó con la actitud más acertada, me ignoró. Quince minutos después chequié que el café estuviera listo y vi el agua transparente. Me olvidé de poner el café en el filtro.
4) Lo quise resolver en el acto y con solo dos maniobras, y por agarrar el paquete café con una sola mano, tiré la mitád al piso. Culo para arriba, limpiando el enchastre, llegó el administrador, y desde esa posición, le informé que su cheque estarÃa listo en el dÃa.
5) Me llamó la atención que la cafetera no hiciera ruidito. No la habÃa encendido. Entró mi jefecito con cara de “a ver si esta loca entró en razonesâ€� y canturreó -: mi cafecitooo??. A lo que le respondà -: te juro por dios y la memoria de Juan Pablo II que lo tenés listo en 5 minutos. Otra vez fuera de registro.
6) Fui al baño y constaté que la llovizna habÃa tomado por asalto mi cabellera enrulada y la habÃa convertido en la vÃvida expresión de las explosiones de RÃo Cuarto. Un museo de la memoria si se quiere.
7) Hablando de memoria, algo me estoy olvidando.
8) Ah si, pasé otros diez minutos mirando los 5 paquetes abiertos de galletitas dulces que tengo en el escritorio, tratando de decidir con cuales iba a desayunar. Mi capacidad resolutiva está francamente mermada. Elegà unas pepas y no estuvo mal, pero tenÃa ganas de comerme las de vainillita y las dejé para después “porque quedaban pocasâ€�. Mi lógica de “guardar lo bueno para el finalâ€� me está convirtendo en una persona infeliz. Si yo querÃa comerme las de vainillita, porque no me las comÃ????? Carajo.
En fin, todo esto para decir que creo que ya estoy lista para mis vacaciones. Ayer tuve en mis manos por primera vez el pasaje, la visa, las reservas. Dato escalofriante: la cantidad de cosas imprescindibles que No entran en la mochila aumentan en progresión geométrica. Un par de casas cubanas me confirmaron que me esperan, me dijeron horas y formas de llegar, me ofrecieron ir a buscarme a las terminales de buses, me bienvinieron por adelantado. No me quiero anticipar, pero ya lo estoy disfrutando.
Y por último les querÃa comentar. Comentar algo. Comentar esto. Este blog es top, en eso estamos de acuerdo, y como bien podrÃa ser el comienzo incipiente (existirá algún comienzo que no sea incipiente?) de mi monopolio multimedios, no lo voy a cerrar ni a suspender. Lo dejo en las mejores manos.
Desde el viernes se hace cargo oficialmente de Agarráte el
Sr Conde. Ël, en una aceptable actitud de falsa modestia y pudor, no quiere ser presentado con honores, pero sepan que la idea de que Conde escriba acá a mi “me caga de gustoâ€�, como dirÃa un amigo.
Y no solo él sino que, si tengo suerte, dos de mis bloggers preferidos postearán aquà también: la encantadora
Mer desde el Sur del Sur, y el
aclamadÃsimo escritor MalÃsimo, adorable y decadente como pocos.
Denles la bienvenida. Yo, desde allá, quizás, pase a comentarlos.