Agarrate, Catalina!

Acabo de llegar, miro con ojos grandes todo lo que ya vi mil veces. Porque me acostumbré a mirar así, porque lo viejo es un poco nuevo cuando uno vuelve y también hace falta un tiempo para reconocer lo conocido.
Estuve leyendo mi blog. Y me encantó. Yo los elegí, me gustaban antes de que escribieran nada aquí, pero lo cierto es que mis invitados han hecho de mi blog, el blog que quería tener.
Acaso no envidian un poco ese don que tiene Malísimo para el relato?. Las cosas escritas por el no se leen, suceden.
Acaso no quisieran tener una Mer en la mesita de luz? O en ese rinconcito especial donde guardamos las cosas que nos resultan imprescindibles por capricho? Acaso no se han sorprendido por la doble relación: Mer ama la belleza de las palabras, y las palabras la hacen bella.
Acaso no quisieran ser un poco, un rato al menos, una inicial, y que el Conde hablara un poco de nosotr(a)s también?. Y ver que nos ha observado tanto, y además nos recuerda?. Vamos, no me digan que al menos, no quisieran sentarse con él e invitarle una cerveza…

Gracias a ellos.

Y saben qué? Si los difrutaron, entonces, ustedes y yo ya nos conocemos mejor.