No creo que tener demasiadas certezas, pero sigo en mi búsqueda empeñada de tales. Este fin de semana ha sido muy productivo a tales efectos, y sin ánimo de proclamaciones dogmáticas, creo estar en condiciones de asegurar que:
En caso de covertirme en madre y, en segunda instancia, en el caso de que mi vástago pertenezca al género femenino: ciertamente no lo llamaré Condoleeza.
Ciertamente no necesito uno de esos cinturones con televisor de pantalla plana que ofrece Versace.
En otro orden de cosas, este fin de semana ha sido una delicia de encuentros. Viernes noche y sabado noche me han sorprendido con los viejos grupos de siempre, con las novedades de cada uno y las viejas formas de reirnos. Volver también es bueno. Y a modo de pastillitas les dejo dos citas que me llenaron el espÃritu en estos últimos dÃas y que renovaron mi convicción en una certeza menos nueva, la primera quizás: "Ciertamente mis amigos son los más".
De Marina, futura licenciada en Comunicación (con la vehemencia que la caracteriza)
"Si no se hubiera muerto el Papa, con la muerte de Alsogaray los medios habrÃan estado "a tope"."
De Marisol futura médica (clavándose un panqueque)
"Venir a un restorán chino y pedirte de postre una ensalada de frutas "es lo menos"."
Ah, y les recuerdo que, hoy lunes es el dÃa ideal para renovar listas de quehaceres, mandar la ropa al lavadero y purgarse la panza del vino patero del asado del domingo, que si bien dejó como saldo un dolor de cabeza un poco incómodo, sentó fructiferamente las bases de la siesta descomunal dominguera. De nada.
Y además de todo (?),
estamos probando algo nuevo