Agarrate, Catalina!

Namber Nain Namber Nain Namber Nain...

jueves, 5 de mayo de 2005

 

Efectos colaterales de la Felicidat

Felicidad no tienes dueño, canta el pueta. Feliz feliz en tu día, canta la masa enardecida. Pues bien, nada es gratuito. Ningún optimista acérrimo nos advierte de esas cositas que también pasan cuando uno revienta de gusto en la vida. La Felicidad tiene sus contraindicaciones, y si no estuviera ya feliz, pues antes de entrarle de lleno, lo pensaría dos veces. Sepan sino lo que hay que soportar:

- Sonreírse y mover la cabecita automáticamente al escuchar en último hit de Juanes.
- Intuir que el azar está de tu lado y volver a confiar en que La Solidaria te va a sacar de pobre.
- Que la carcajada socarrona JAJAJA ante cometarios maliciosos sea reemplazada por un JIJIJIrijeo constante ante...todo.
- Reinterpretar la actividad del Sr vendedor de la lotería nombrada "ut supra", a quien le faltan sus extremidades izquerdas, como "un canto a la vida".
- Tomar como novedosa expansión erótica el nuevo (aumentado) ancho de mis caderas.
- Abusar de la palabra YO.
- Generar una envidia magnánima.
- Verse atropellada violentamente por una ciega. Por una ciega fe en que el futuro será maravilloso.
- Ser confrontada por terceros con frases propias anteriores del calibre "El amor es un invento de Jolibut", y darse mucha ternura.
- Desconocerse totalmente, reconocerse un poco, y gustarse tanto.
- Apostar sin mediación de la reflexión a la bondad de las personas.
- Simpatizar con el chismoso que espía de reojo estos apuntes en el subte.

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