Agarrate, Catalina!

Namber Nain Namber Nain Namber Nain...

miércoles, 29 de junio de 2005

 

Oh Dio e Madonna Santa

Ayer tenía que ir a una reunión en el centro, así que me vestí de virgencita ejecutiva. El auto paró en Pellegrini y Belgrano, y yo aproveché que el semáforo estaba en rojo para bajarme porque había demasiado tránsito y no se iba a poder estacionar y entonces así toda apurada agarré mi cartera, mi bolsa, me abroché un botón del saco, abrí la puerta mirando hacia abajo a ver si podía pisar o la distancia entre el auto y el cordón, que no era demasiada, estaba llena de agua y tenía que hacer alguna maniobra para llegar a la vereda y PUUUUUUUUUUUUUMMM, le estampé la puerta a un flaco que venía embalado en la bici. La bici quedó tirada, el flaco trastabilló, le quedó el tobillo enganchado entre el pedal y el cordón y cayó en la vereda con el coté derecho. Ah, y la mochila que llevaba se le subió hasta la cabeza.
Jesús y María Santísima el susto que se pegó el flaco y el que me pegué yo porque se incorporó con una mirada destinada encontrar al culpable y a cagarlo bien a trompadas. Cuando me encontró con mi expresión de carmelita descalza creo que le dio más bronca no poder pegarme, me dijo envenenado: - tenés que mirar flaca!. Se subió a la bici y se fue.

Más tarde, cuando terminó la reunión y salí a la calle, Dios me recompensó y puso frente a mi un negocio nuevo de zapatos de puro cuero donde me compré unas zapatillitas de punta de pato que quería hace mucho, y por la mitad de precio.

Otra de las ventajas de no tener ninguna formación religiosa.

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