El señor contador es muy correcto, es tan correcto y tan contador que me da un poco de cuiqui, entonces lo llamo "Doctor" (no sé en qué, "doctor en balance y libro diario" será) y siempre le recalco que estoy a su disposición (esta). Escribe mails sin mayúsculas ni puntos, pero se da el lujo de armar frases tales como: (...) te rogaría Catalina, que imputes las erogaciones tal como lo charlamos hoy por la tarde a los fines señalados ut supra".
"Imputes" tu madre, Doctor-malnacido. Todo para decir que al lado de los tickets de librería le ponga con lápiz un 90 y al lado de la factura de la remisería un 70. Y así veníamos construyendo un vínculo dificil. Hasta que hace unos meses me llamó para que "le evacúe una duda":
- Si puedo Doctor...
- En este momento estoy trabajando en las imputaciones para presentar el formulario 931...
- (demonios, ¡no!, no me digas que tengo que volver a la Afip a hacer un reclamo) Si...
- Y tengo aqui la factura A 0001 - triple cero 84384 de la empresa XXXXX por un importe gravado de $ tantos...
- (demonios, no es nada bueno que tenga algo en la mano, ahora se va a dar cuenta que no sé sacar porcentajes con la calcu) Si...
- ... cuyo con concepto es hosting...
- (demonios, demonios) Si doctor, dígame..
- Decime querida, ¿ qué demonios es un "hosting"?
- ... :-D... Bueno Doctor, ¿vio que ud tiene Internet?.... :-D
Y se abrió toda una nueva etapa en nuestra relación...