Agarrate, Catalina!

La Gula me está matando. Mi dieta de fin de semana consistió en doble ración de achuras, costillas, y pan y helado, y en cuadruple ración de limón, té-de, te-con, sertal y buscapina. Igual esto me lo tengo re sabido, no es tanto lo tantísimo que como sino lo que pienso en lo que me voy a manducar. He llegado a estar 12 horas esperando ansiosamente la cena suculenta. Y tomen nota: no hace bien.

Me voy a anotar en Ansiosos Anónimos y me voy a presentar al grupo como Electra, o Perséfone, o algo así.

O mejor, me voy a comprar en la Farmacia del Doctor Ahorro esos caramelitos con Propóleo.

Tengo resueltas mentalmente una par de cuestiones básicas que tengo que poner en práctica in-me-dia-ta-men-te. Eso de concretar también me acalambra el estómago.

Me voy a fijar si además existen caramelitos para relajar los altísimos niveles de autoexigencia. Si total, eso también me lo tengo sabido. Esos parámetros estratosféricos me amargan la existencia y nada más. Soy "la piba promedio" y no me muevo mucho de ahí. Observo a otros, esos que pim, que pum, se apersonan ante el problema, piden uno o dos detalles, y fiuuunn ponen primera sin demasiadas vacilaciones. A veces quisiera ser un poco así, pero en el fondo, qué querés que te diga, no me convence el modo expeditivo. Y otras veces tengo muchas ganas de golpearles la cabeza con mi chipote chillón.

Ah y si resuelvo esta semana 2 de las 5 cosas que eran para ayer... no, no me voy a sentir satisfecha.