Tu beso se hizo calor,
luego el calor movimiento,
luego gota de sudor
que se hizo vapor, luego viento
que en un rincón de La Rioja
movió el aspa de un molino
mientras se pisaba el vino
que bebió tu boca roja.
Tu boca roja en la mía,
la copa que gira en mi mano,
y mientras el vino caía
supe que de algún lejano rincón
de otra galaxia
el amor que me darías
transformado volvería algún día
a darte las gracias.
Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da
nada es más simple
no hay otra norma
nada se pierde
todo se transforma.
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