Agarrate, Catalina!

Namber Nain Namber Nain Namber Nain...

domingo, 28 de mayo de 2006

 

Ey tú, desde Santiago, te caché.

A instancias de tus visitas recordé a JL.

Recordé que, cuando lo conocí, viajaba sólo igual que yo. Recordé que él había alargado un poco un viaje familiar, durante el cual había asistido a la misa de Año Nuevo en la mismísima San Pedro. Yo, en cambio, había pasado la noche vieja en Devoto, como de costumbre, escuchando buenos deseos de esa familia lejana por mi pronto viaje. Buenos deseos que poco disimulaban el mensaje verdadero: de qué familia libertina sacó la idea, esta chica, que tomarse un avión es más provechoso que buscarse un buen marido. En fin, nos cruzamos JL y yo en un hostel de guía de turismo joven. Yo acababa de cursar materias atoradas de teoría que amalgamaban Estado, dirigencia, plusvalía, bienestar, propiedad privada, lo que hacía que en cada país que visitaba *tuviera que* sacarme una foto frente al Parlamento. JL viajaba de mochilero y en la mochila tenía hechas un bollo camisas muy caras. Una noche de lavandería lo acompañé y quiso mostrarme una canción en su walkman, cuando le devolví los auriculares los limpió en su pullover. Al día siguiente bailabamos Bachata Rosa en un salón compartido, (la impunidad que te da el título de turista). En otra oportunidad me indigné con su discurso pinochetista y me fui al pub de la esquina donde un gentleman borrachín tuvo el tupé de ponerme las manos en las pompas. La humanidad está en llamas, concluí esa noche.
Me acordé de todo eso y algo más, pero el resto no merece comentario.

(dedicado al srto/srta que googlea este blog, desde Chile, semanalmente)


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