Soñé que el Ingrato me llevaba de la mano. Como siempre yo le iba a la saga. Y me hablaba de no se qué. Y yo tenía ese nerviosismo de quien se ocupa de dos cosas: de mantener una conversación y de seguir el paso sin tropezarme. En un momento me dijo: "Es que nos procuramos nuestras condiciones de inexistencia".
Me solté y le dije que tenía que ir al baño. Cuando salí, ya me esperaba el Sr. Aventura para cenar.
Ya pasaron 3 horas desde que me desperté y aún no me olvido. A-tó-ni-ta.