Agarrate, Catalina!

Namber Nain Namber Nain Namber Nain...

martes, 26 de septiembre de 2006

 

Tu abuela

Me divertí un buen rato hablándo por teléfono con el pobre productor junior de la compañía de seguros. Lo complicaba con palabras difíciles y voz de locución, más o menos como el contador hace conmigo. En vez de dirección le dije domicilio legal; en vez de papel, formulario; en vez de condiciones, especificaciones legales del contrato. Le saqué el tema de la fecha de la factura solo para poder decirle "a los efecto contables". Sonaba inexperto, atolondrado y asustado. Lo de asustado lo entiendo: sin ninguna justificación y "a los efectos contables de sacarme las ganas de usar esa palabra" también metí el bocadillo "erogaciones" (?). Y si, se veía que le preocupaba lo que yo le decía porque me respondía: Si señora, tomo nota y lo consulto. Si señora. Si señora.
Así lo estuve torturando por unas cuantas llamadas (mientras me agarraba la panza y me reía grueso, y daba palmadas a la mesa.. y me salía espuma por la boca y... bueh) hasta que sucedió lo que tenía que suceder; me dijo que venía a entregarme en mano la póliza. Pucha, pensé, ahora lo voy a tener que atender en persona y toda esta fachada se me va a ir al demonio cuando me vea las pecas y la cara de "yo también le tengo miedo a las declaraciones juradas".
Llegó el flaco y bajé a recibirlo. Yo tenía jean y remerita roja. É,l pantalón de vestir e impecable camisa celeste. Lo saludé con un beso y le puse cara de "bueno, perdoname, ya no lo vuelvo a hacer" y le sonreí con complicidad contemporánea.
Revisé la póliza y había un error en un dato, así que por más que me daba algo de vergüenza toda la situación le tuve que pedir el cambio, pero claro, metí tres rebajes y hasta le abrí la puerta para que me retrucara. Le dije:
- Mirá flaco, no te quiero joder más (sic), pero la dirección está mal y si mis jefes la ven me van a poner cara mala y vas a tener que venirte de vuelta. ¿Es mucho lío?

- No señora, para nada. Yo me la llevo y el lunes a primera hora se la traigo, pero antes la llamo así le confirmo a que hora vengo. No se preocupe, Señora.

Señora. En mi mismísima cara, el flaco que como mucho tiene un año menos que yo me dijo señora.
Señora. El muy incompetente.
Demás está decir que esa misma tarde llamé a su oficina y pedí hablar directamente con alguien de administración, que ya no podía lidiar con más confusiones.



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