Agarrate, Catalina!

Namber Nain Namber Nain Namber Nain...

miércoles, 18 de julio de 2007

 

Equilibrio oriental

Si hay un empleo bastardeado, ese es el de operador de call-center (con un plus si además sos temporario). Lo sabemos. Es un trabajo digno, vergüenza es robar y blablabla pero por dentro pensamos: empleado de call-center = matate. Obra de toda la bomba mediática, la mismísima prostitución tiene un status diferente.
Bueno, todo esto para que se entienda lo siguiente:

Hoy me boludeó un pibe de un call-center.

Llamó para "verificar" (que en la jerga calleriana significa averiguar tus datos completos y venderte un servicio sin que vos puedas siquiera enterarte de lo que estás haciendo) que el servicio de larga distancia funcionara con un empresa diferente a la que nos da el teléfono local... No sé, no entendí, obvio. Pero mi jefe me hacía señas adelante de mi escritorio y me decía NOOO NOOOO con los brazos y la cara, ES TODO MENTIRA. Y el pibe me seguía preguntando que si él podía verificar, que verificando, que verificaba, que yo lo único que tenía que hacer era decirle que "si". Eso fue justo lo que necesitaba escuchar y entonces le dije que NO, que lo iba a consultar, que me diera un minuto. Y es ahí cuando el pibe entra en un coma iracundo y me quiere poner en mute, pero antes de que su dedo llegue al botón yo escucho perfectamente que grita:
- No, la puta que lo parió, otra pelot............ (silencio absoluto)


Ay.

Pelotuda todavía. Pero ¿"otra"?. ¿"OOOOTRA"?

La contestación que le di no viene al caso. Por lo visto fui demasiado educada porque la charla terminó cuando él me dijo: "cuando te venga el 40% de aumento por no decirme que si, ahí vas a entender lo que te digo".


Y no, no hay remate. Termina la historia así. El pibe del call me boludeó, me trató mal, me faltó el respeto, y no tuvo, ni siquiera al final, compasión conmigo.


Y como tampoco es que hay que esperar un resarcimiento divino por cada forrada que te hacen, ni que la vida te dé lo que te quita, 12 horas después, me agarró un danette de avellets y otro de crema americana, los abro prolijitos, me chupeteo las tapas, y me los voy comiendo de a poquito, mezclando diferentes proporciones en la cuchara, pongo gotitas de postre blanco en el de avellanas y al revés, y así me la paso en grande. Un precioso Ying y yang comestible. No es tan loco si te ponés a pensar. Los danettes me los compré en el Chino.

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