Agarrate, Catalina!

Cuidado con esas mujeres que no tienen amigas, o lo que es lo mismo: cuidado con las que tienen mejores amigas que conocieron hace seis meses; cuidado con las que planean sus vacaciones con las amigas de sus hermanas; cuidado con las mujeres que en cada cosa que te cuentan, aunque sea sobre la remerita de oferta que se compraron, incluyen la frase “pero yo nunca cagaría a una amiga”. Cuidado con las que pasan el día del amigo con el novio; cuidado con las que te cuentan la vida de su amiga cuando les preguntás cómo andan. Cuidado con las que piden desesperadamente “por favor, una amiga” (necesitan un delivery de rivotril). Cuidado con las mujeres que se llaman entre ellas y a los gritos “amigaaaa” (ni ellas se lo creen). Cuidado con las que llaman a sus supuestas amigas “hermanas del alma”, no entienden nada que una amiga es una amiga.

Y a la vez: cuidado con las amigas que no se enojan nunca; cuidado con las amigas que llaman al celular a tu novio y le confiesan un trauma terrible de su infancia, aunque expliquen que tenían un módico pedo que funcionaría como atenuante; cuidado con las amigas que no se burlan de vos en tu cara; cuidado con las que no se ríen desencajada y abiertamente de lo ridícula que sos; cuidado con las que dicen que te queda divino ese pantalón elastizado blanco; cuidado con las que te cuentan to-do, pero no te preguntan nada; cuidado con las amigas que nunca piden perdón o ayuda.

Todo eso me lo enseñaron mis amigas. Las odio. No puedo vivir sin ellas.

publicadas por Ca  # 8:45 p. m.