Se murió Rivera.
No creo que pueda hacer ningún comentario que haga justicia al mérito de su carrera. En la facultad aprendí, entre otras cosas, lo que es una necrológica, la importancia de la precisión en los datos, etc, etc, etc.
Pero no voy a hacer de esto un ejercicio de taller.
Me voy a limitar a decir que fui su alumna. Que iba a sus teóricos, aún cuando trataba de zafar de los teóricos de muchas otras materias, porque tenía tantas ganas de escucharlo como él de dar la clase.
Se lo veía muy mayor. Se lo veía cansado. Pero empezaba a hablar y no daba una clase de Historia de los Medios, sino que nos contaba la historia que el vivió y que el construyó en los medios. No hablaba de él. Hablaba de historia. El era la historia.
Más de una vez, cuando la "tesis" era todavía eso, una palabra entrecomillada muuuy lejana, pensé en tenerlo como tutor. Hoy, que me caigo de bruces frente a la bendita tesis para recibirme de una buena vez, lo volvería a elegir.
Se murió Jorge B. Rivera. Entre muchas cosas fue también profesor.
Yo fui su alumna.